tratando de poner en evidencia las malditas practicas xenofobas nazionalistas en el mundo entero, hoy expongo el caso de Lucrecia Perez:
Ella era una inmigrante Dominicana la cual fue brutalmente asesinada por un grupo de NS españoles.
Dos balas del calibre9mm Parabellum alcanzaron a Lucrecia. Otra hirió en una pierna a CésarAugusto Vargas, de 36 años, y una cuarta
quedó incrustada en una pared de una discoteca. El lugar donde años atrás se reservaba el derecho de admisión fue la tumba de Lucrecia Pérez Matos. Eran las cuatro de la tarde en Vicente Noble, el pueblo dominicano en el que se habían quedado su marido y su hija, de seis años, la única que le sobrevivió después de siete partos. Víctor Trinidad Carbajal, su marido, recuerda ahora que ese día estaba trabajando en los empobrecidos campos de Vicente Noble y que la niña,Kenia, estaba en el colegio. Nunca pudieron despedirse de ella.
“No pude decirle adiós”, recuerda Víctor Trinidad, “cuando se que a España. Ella lo tenía
todo preparado para irse un martes, pero tuvo que irse un día antes”. La mujer que la iba a introducir en el país ilegalmente llegó un día antes, cobró medio millón de pesetas y se la llevó a toda prisa. “Yo estaba trabajando. Cuando llegué a casa, ya se había ido.Me sentí mal, pero pensé que era lo mejor”. Ya en Madrid, consiguió un trabajo en la casa de un matrimonio con tres hijos, donde durmió durante 20 días. Pero la dueña la despidió porque no sabía manejar la lavadora, ni siquiera un grifo, y los dolores de cabeza le impedían trabajar. Lucrecia se refugió en la discoteca.
El 13 de noviembre, Luis, Javier, Felipe y Víctor se reunieron por la mañana y se pasaron todo
el día bebiendo y fumando hachís. Uno de ellos propuso “dar un susto a los sudacas” que vivían en el local abandonado. Conducían un coche rojo que se saltó dos semáforos. Una patrulla municipal les paró en la plaza Elíptica, pero les dejaron seguir cuando Luis Merino se identificó como guardia civil. Un rato después, Lucrecia fue asesinada. Fueron detenidos a los 14 días. Confesaron todo ante la Guardia Civil. Uno de los menores aseguró que, cuando se montaron
en el coche después del crimen, Merino dijo orgulloso, refiriéndose a los dominicanos: “Se
han comido tres plomos como tres chuletas de cordero. Que se los repartan como puedan”.
Hay que acabar con todos los fascistas que hacen cosas como estas, con las leyes de inmigraciones que dejan al estado de derecho en tetrica caricatura... y eliminar todas las fronteras para que casos como el de Lucrecia no se vuelvan a repetir.
martes, 14 de agosto de 2007
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